EL
SEÑOR DE SEÑORES
Introducción
1 Corintios 12
3 Por tanto, os hago
saber que nadie que hable por el Espíritu de Dios llama anatema a Jesús; y nadie puede llamar a Jesús Señor, sino por el
Espíritu Santo.
Lucas 6
46¿Por qué me
llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo
que yo digo?
Mateo 7
21 No todo el que me
dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace
la voluntad de mi Padre que está en los cielos.
¿Llamas a Jesús Señor?, ¿Porqué?, ¿Sabes lo
que significa que Jesús sea el Señor?
Si llamamos a Jesús SEÑOR, debemos tener
plena conciencia de lo que esto significa y verificar cuan aplicado está esta
verdad en nuestra vida. Por lo que vamos a desarrollar el significado de la
palabra Señor para que reconozcamos la autoridad del Cristo.
Diccionario Castellano y Traducción de vocablos griegos
bíblicos correspondientes
Primeramente, es necesario que el cristiano
sepa que nuestro idioma español tiene muchísima influencia tanto del idioma
latín como del idioma griego. Muchos vocablos, prefijos y sufijos utilizados
para la formación de palabras en castellano son de origen griego.
Una de las dificultades respecto de vocablos
cristianos en español, es que la mayoría provienen de las definiciones
provistas por el latín más la influencia de la religión católica. Por esto
mismo, un cristiano que desea profundizarse en las doctrinas del Señor Jesús,
debe analizar los vocablos en el idioma original (es decir en el griego koiné)
para alcanzar una mejor interpretación bíblicas respecto de cualquier doctrina.
En estos estudios por lo general brindamos
tanto los significados y conceptos provistos por los diccionarios como también
las traducciones del idioma griego de los vocablos relacionados al tema.
[SEÑOR:
(Del lat. senĭor, -ōris). Poseedor de estados y lugares
con dominio y jurisdicción, con
prestaciones territoriales / Amo con suma autoridad sobre todo lo que es
de Él / Con jurisdicción para castigar hasta con pena de muerte]
Actualmente: Dueño de una cosa; que tiene dominio y propiedad en
ella / Noble, decoroso propio de señor,
particularmente refiriéndose a modales, trajes y colores / Antepuesto a algunos
nombres encarece el significado de los mismos. Término de cortesía que se
aplica a cualquier hombre, aunque sea de igual o inferior condición]
Del
griego kuriov [2630] “kirios”: Señor, amo, patrón,
dueño
[SEÑORÍO: Del Señor, Dominio y mando sobre una cosa / Territorio
perteneciente al señor]
Del
griego kuriothv,
kuriothtov [2631] “kiriotis
kiriotitos”: Señorío; (lo que está
bajo autoridad de un Señor)
[REINO: (Del lat. regnum). Territorio o estado dependientes de un rey /
Cualquiera de las provincias de un estado que antiguamente tuvieron su rey
propio]
Del
griego basileia [831] “basilia”: Reino,
reinado, imperio
[REY: (Del lat. rex, regis). Monarca o príncipe soberano de un reino]
Del
griego basileuv “basilevs”: [833] Rey
[IMPERIO: Acción de mandar con autoridad / Dignidad de
emperador / Espacio de tiempo que dura el gobierno de un emperador I Estados
sujetos a algún emperador]
Del
griego hgemonia [2019] “iiemonia”: Imperio,
Hegemonía, Gobierno de mando.
[EMPERADOR: (Del lat. imperātor,
-ōris). Título de dignidad
que se dio al jefe supremo de un imperio romano]
Del
griego hgemwn [2020] “iiemon”: Emperador,
gobernador
[CÉSAR: (Del lat. cessāre). Título de los emperadores romanos /
Emperador]
Del
griego kaisar [N281] “kesar”: César,
Emperador
[SOBERANÍA: Calidad de soberano, dominio / Dignidad soberana, suprema
/ Alteza o excelencia no sobrepujada en cualquier orden inmaterial]
Del
griego kratov [2580] “kratos”: Soberanía,
fuerza, poder, dominio
[SOBERANO: (Del b. lat. *superānus). Súper,
sobre, encima de / Que ejerce o posee la autoridad suprema / Elevado, excelente
y no superado]
Del
griego krataiov [2577], dunasthv [1261]; “krateos”,
“dinastis”: Soberano, Poderoso
[SUPREMO: (Del lat. suprēmus). Altísimo / Que no tiene superior en su línea]
Del
griego anwtatov, arcov [de arcw 682]; “anotatos”, “arjos”: Supremo, Principal
[AUTORIDAD: (Del lat. auctorĭtas,
-ātis). Potestad, facultad /
Poder que tiene una persona sobre otras que les esta subordinadas]
Del
griego arch [673], euxousia [1668] “arji”, “evxusia”: Autoridad
[SIERVO: (Del lat. servus). Esclavo
/ Nombre que una persona se da a sí misma respecto de otra como muestra de
obsequio y rendimiento / En las religiones del mundo a las personas que
profesan en orden y en comunidad los preceptos o reglamentos / El Hijo de Dios
que sirve funcionalmente y fielmente a Dios por medio del Espíritu Santo, no
por voluntad propia sino por la voluntad de un Señor]
Del
griego doulov [1249] “dulos”: Esclavo, siervo
Introducción:
2 Pedro 2
1Pero hubo también falsos
profetas entre el pueblo, como habrá
entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías
destructoras, y aun negarán al Señor que los rescató,
atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina. 2Y muchos seguirán
sus disoluciones, por causa de los
cuales el camino de la verdad será blasfemado, 3y por avaricia harán mercadería de vosotros
con palabras fingidas. Sobre los tales ya de largo tiempo la condenación no
se tarda, y su perdición no se duerme.
La esencia del crecimiento del hijo de Dios
radica en la capacidad de asimilar y comprender la verdad de Cristo; Esta
verdad es Jesucristo mismo y esta verdad es absoluta.
Sin embargo, a través del tiempo, el hombre,
mediante las religiones, ha manipulado las Escrituras, las enseñanzas,
generando lo que hoy se conoce como “verdades relativas”, incertidumbres,
vacilaciones, exégesis teológica, que solamente producen división, blasfemando
el camino de la verdad, que hacen que los cristianos somaticen a los maestros y
a los ministros, siguiendo más a hombres que ha Cristo.
Hoy en día las muchas religiones, las muchas
denominaciones evangélicas con distintas banderas y diferentes doctrinas entre
sí, hacen que el cristiano esté expuesto continuamente al error. Entre tantas
divisiones teológicas doctrinales, entre tantas diferencias rudimentarias, el cristiano
necesitado se ve obligado a apostar a una de aquellas “verdades relativas” quizás
a la que estima que está más cerca del orden de Dios (aunque no tenga capacidad
para comprobarlo). Y aún cuando no esté de acuerdo callará y esperará.
El enemigo siempre está presente en cada obra
que el Señor Jesús hace, espera a que los siervos se “duerman” para hacer lo
que sabe hacer “engañar”, “tergiversar”, “sembrar cizaña”.
Jesús ordena algo y satanás ya lo está
cambiando, transformando y jugando con las expresiones, lo ha hecho desde el
principio.
Dios ordena:
Génesis 2
15 Tomó, pues, Jehová
Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo
guardase.
16 Y mandó Jehová
Dios al hombre, diciendo: De todo árbol
del huerto podrás comer;
17 mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no
comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.
Y el enemigo tergiversa:
Génesis 3
1 Pero la serpiente era astuta,
más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo
a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No
comáis de todo árbol del huerto?
La clave del enemigo, (que dicho sea de paso
conoce las escrituras) es “disfrazar”, “invertir” o “transformar” la verdad de
Cristo. Y esto no es novedad pues el apóstol Pablo ya lo había anticipado
2 Timoteo 4
3 Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina,
sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus
propias concupiscencias, 4 y apartarán
de la verdad el oído y se volverán a las fábulas.
El error de un cristiano en la actualidad es
crecer sin parámetros y sin conocimientos bíblicos en un ambiente social a la
que llama Iglesia o Congregación acostumbrándose al lenguaje y a las prácticas
de la misma, sometiéndose a las autoridades humanas, idolatrando a la institución
por encima de las enseñanzas bíblicas.
Y aún cuando tiene necesidad de crecer, no
quiere hacerlo por sí mismo, sino que cede el control a los adiestradores de la
congregación para que le enseñe a diferenciar entre el bien y el mal, entre lo
correcto e incorrecto, entre lo que debe hacer y lo que no debe hacer y lo
asimila como la autoridad final sin escudriñar y verificar en las Escrituras.
Entonces pasa el tiempo pecando debido a su
ignorancia, estimando que “va a ir al cielo”, pero alguien le pregunta, ¿Qué
aprendiste?, ¿Cuánta edificación has recibido?, veamos:
Qué significa?
Es sorprendente lo estupefacto de los
cristiano cuando se le pregunta: Qué significa “Iglesia”?, qué significa
“Cristo”?, qué significa “el Reino de los cielos”, que significa “Señor”, qué
es “creer”?, que es “fe”?, que significa “aleluya”, “amén”, que significan
todas aquellas palabras que utiliza en su expresiones cristianas?.
Hoy por hoy el hijo de Dios utiliza un
vocabulario “cristiano” sin entender o comprender el significado de las
palabras y desconoce que la base de su vida Espiritual radica en la plena
conciencia y comprensión de esas palabras.
Una palabra tan importante como “Señor” se ha
transformado en un adjetivo o término que carece de reconocimiento y valor.
Que significa
“Señor”?, Qué es “ser un Señor”?
Llamamos a Jesús “Señor”, exaltamos su
nombre, .. pero que estamos diciendo?
La palabra “señor” aparece más de 1400 veces
en las Escrituras, unas 733 veces en el NT y es de suma importancia para la
vida Espiritual del hijo de Dios.
Si buscamos en un diccionario actual aparece
lo siguiente:
DRAE: Señor; (Del lat. senĭor). adj. Que es dueño de
algo; que tiene dominio y propiedad en ello. || 2.
Noble, decoroso y propio de señor. || 3.
Antepuesto a algunos nombres, sirve para encarecer su significado | 4.
Persona respetable que ya no es joven. || 5. Título
que se antepone al apellido de un varón o de una mujer casada o viuda. Señor González, Señora Pérez; o al
cargo que desempeña. Señores
diputados, Señora Presidenta; en España y otros países de lengua
española, se antepone al don o doña que precede al nombre. Señor don Pedro, Señor don Pedro González, Señora doña Luisa,
Señora doña Luisa Pérez; en gran parte de América, al nombre seguido de
apellido. Señor Pedro González, Señora
Luisa Pérez; y en uso popular, al nombre solo. Señor Pedro, Señora Luisa. || 6. Amo
con respecto a los criados. || 7. Término de cortesía que se aplica a un hombre o a una mujer, aunque sea
de igual o inferior condición.
De todos los posibles significados de la
palabra “señor”, el uso general es la última (7). Actualmente el cristiano usa
ese vocablo como un término de cortesía y respeto hacia las personas mayores o
adultas.
Sin embargo es un grave error si llamamos
“señor” a Jesús en un término de cortesía, porque eso es tomar su nombre en
vano.
“Señor” es un título, que para
comprender su valor tenemos que remontarnos a la antigüedad y asociarnos con
muchas otras expresiones las cuales describimos a continuación.
“Señor”
en tiempos de la Iglesia
primitiva era el título que se les otorgaba a los hombres poseedores de estados
y lugares teniendo sobre ello pleno dominio y jurisdicción, también tenían
autoridad y jerarquía, distinguidos entre las altas sociedades tenían esclavos
y sirvientes a los cuales podían castigar hasta con pena de muerte.
Cada señor tenía un “señorío” en
representación de todo aquello que dominaba.
Un “rey” es considerado un señor teniendo una
escala mayor en cuanto a jerarquía y dominio. Considerado un monarca
“soberano”.
Un “imperio” es un conjunto de reinados
sujetos a una máxima voluntad o autoridad llamada “emperador”.
Un “emperador” es el señor supremo sobre
todos los reinos. Dispone a voluntad sobre todo los reinos
“Cesar” es el nombre del título del
emperador.
La palabra “soberano” significa que ejerce
autoridad sobre lo suyo sin que nadie se lo prohíba, es un “súper” que está
“encima de” y no superado.
La palabra “autoridad” es la potestad o
facultad que se tiene sobre algo o alguien denominado subordinado.
La palabra “siervo” o “esclavo” es la contra
partida de la palabra señor y se les dice a todos aquellos que están bajo el
dominio, autoridad o soberanía de un señor. Vale decir que no puede haber un
señor sin esclavos como tampoco puede haber un esclavo sin señor.
Todas estas palabras han sido transformadas o
desvalorizadas, en muchos casos por una cuestión de formalidad o bien porque la
cultura y las tradiciones han tomado el primer lugar en la vida del cristiano.
Por lo tanto es muy importante y de imperiosa necesidad retomar, revisar y
revalorizar estas palabras que son la base de la verdad de Cristo.
Filipenses 2
5 Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, 6 el
cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que
aferrarse, 7 sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de
siervo, hecho semejante a los hombres; 8 y estando en la condición de hombre, se humilló a sí
mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. 9 Por
lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, 10 para que en el
nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la
tierra, y debajo de la tierra; 11 y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.
En la actualidad a cualquiera se le llama
señor, pero antiguamente en tiempos del imperio romano solo algunos tenían este
título.
El título de señor establecía un alto rango
en la escala social de aquellos tiempos.
Es sabido que las escalas jerárquicas siempre
han sido una necesidad en el estilo de vida del hombre. Desde la caída de Adán
nunca existió ni existirá la igualdad, aunque figure en las constituciones de
los países, la realidad es que solo es una utopía, una ilusión con la que
fascinan al resto para que no vean la verdad; ¿Cuál? La verdad de que el mundo se
desarrolla sobre una plataforma jerárquica piramidal como un sistema
autoritario, que gobierna sobre los más débiles, aprovechándose de los recursos
que pueden generar y haciéndolos que sobrevivan miserablemente con vicios y
entretenimientos.
Además de esto el hombre aborrece al hombre
en su condición, porque también están vigentes las escalas raciales o étnicas,
las escalas del poder adquisitivo, las escalas de nivel científico…. Escalas
todo es una escala, todo se rige por escalas.
El “status” o los estilos de vida ya están
prefijados y son una realidad y no se puede ir en contra de estas formas, no se
puede luchar contra esas estructuras, todas las leyes y reglas son dictaminadas
por aquellos que tienen el poder y el control ya sean monarquías o gobiernos.
Así que el pensamiento y anhelo del hombre tiende siempre a subir en estas
escalas establecidas por el sistema. El concepto de jerarquía define el poder
humano, su potencia física-mental, sus capacidades y su estilo de vida.
Sobre este mundo, sobre el sistema descrito
que parecía infranqueable e indestructible, y usando el mismo “lenguaje” Dios
manifestó mediante las cartas de Pablo al único Soberano sobre todas las cosas
visibles e invisibles, al único y verdadero Señor. (Fil
2:11)
El “KURIOS” = El Kirios
El vocablo “señor” proviene del vocablo
griego “kuriov” (se pronuncia “kirios o kurios”), en Filipenses 2:11 la expresión: “οτι κυριος ιησους χριστος", οτι→que (es) κυριος→(el) Señor ιησους→Jesús χριστος→(el)
Cristo/Ungido se
traduce “que JESÚS, el Cristo ES EL SEÑOR".
Obviamente el significado y valor de “κυριος”
"kurios" o "kirios" es muy amplio y muy rico, mucho más de
lo que el cristiano tiene como concepto del vocablo “señor”, el cual usa comúnmente
y que no alcanza para describir la amplitud del título del Señor Jesucristo.
Para facilitar la comprensión real y asimilar el verdadero concepto
describiremos a “kyrios” como la suma de los siguientes vocablos:
Jefe (Dirigente
“Superior” de un cuerpo formado)
Dueño (Que tiene posesiones
sobre cosas y personas)
Amo (Que
tiene dominio sobre personas y cosas)
Soberano (Súper, ejerce la autoridad suprema)
+ Máxima Autoridad (Altísimo,
no tiene superior)
KYRIOS
= SEÑOR
De modo que cuando alguno confiesa que
“Jesucristo es mi Señor”, está indicando que Jesús es su Jefe, su dueño, su
amo, su propietario tanto de él como de todas las cosas que tiene, esta
confesión indica que Jesús es su soberano, el dueño absoluto de su vida.
¿Es Jesucristo tu “κυριος” Kirios?.
¿Qué dicen las
Escrituras respecto del mundo y del Reino del Señor Jesús?
1 Juan 5
19 Sabemos que somos
de Dios, y el mundo entero está bajo el
maligno.
Mateo 10
7 Y yendo, predicad, diciendo: El
reino de los cielos se ha acercado.
Juan 18
36 Respondió Jesús: Mi reino
no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis servidores
pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; pero mi reino no es de aquí.
1 Corintios 7
22 Porque el que en
el Señor fue llamado siendo esclavo, liberto es del Señor; asimismo el que fue llamado siendo libre, esclavo es
de Cristo. 23 Por precio fuisteis comprados; no
os hagáis esclavos de los hombres.
El hombre del mundo es un esclavo, y aunque
lo niegue él siempre será un esclavo, pues nació dentro de un reino, dentro de
un sistema, crece, es formado como esclavo y debe trabajar como esclavo y debe pagar
impuestos, tiene una existencia determinada, se le otorga un estilo de vida, se
le usa como recurso en toda su vida útil y luego se le desecha. El hombre común
tiene un señor, depende de alguien o de algo, este señor es el mismo sistema,
el mundo que tiene mil caras, mil formas malignas de control y fascinación.
Jesucristo también es un Señor (por encima de
todos) y tiene un Reino que está en el mundo pero que no es del mundo. Y que
vino a este mundo para comprar esclavos para Él, como todo Señor que tiene la
capacidad de comercializar y comprar cosas, Él vino para comprar vidas, Él nos
escogió y nos compró para su reino. Así que el mundo no tiene potestad sobre
nosotros (1 Jn 5:18), el sistema ya no es
nuestro señor, nuestro Señor es Jesucristo y pertenecemos a su reino. Y por ser
esclavos de Jesucristo debemos obedecer y comportarnos como siervos de
Jesucristo, esperando siempre su aprobación en todas las cosas.
El título “SEÑOR” en Cristo Jesús le otorga
la máxima autoridad. Él es el amo y todo lo demás son “esclavos”, siervos que
están a su servicio, a su disposición.
Volviendo a la suma:
La palabra Jefe indica que Él da las órdenes y los demás obedecen, nadie debe
hacer nada si no ha sido enviado u ordenado por Jesús, nadie debe sobrepasar su
autoridad.
La palabra Dueño hace referencia de que somos de su propiedad, no somos de
nosotros, ni del mundo, somos de Él y solo Él puede reclamarnos, fuimos
comprados con su sangre, con su vida, para que la esclavitud en Cristo Jesús
sea una esclavitud inmortal, eterna. Y también es dueño de todo lo que
poseemos.
La palabra Amo está muy ligada a la palabra esclavo. A pesar que
encubiertamente la “esclavitud humana” haya sido abolida, nosotros los hijos de
Dios, somos esclavos de Jesús por el resto de nuestra vida.
La palabra Soberano implica que Él tiene el control absoluto de todos nosotros
y de todas las cosas. Él rige con máxima autoridad.
La realidad del
evangelio:
Hechos 2
36 Sepa, pues,
ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros
crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y
Cristo.
Con el verdadero conocimiento del título de
Jesús retornemos a la época de los primeros discípulos.
Los discípulos comenzaron llamando “Rabi” o
Maestro a Jesús (Jn 1:38), poco a poco según
las circunstancias y experiencias por las que pasaban comenzaron a llamarlo
“Señor” y esto se debía a los milagros que producía y por la autoridad con la
que ejercía o decía las cosas.
Cuando llamaban a Jesús “Maestro” ellos se
hacían llamar “discípulo”, más cuando reconocieron el Señorío de Cristo ellos
se reconocieron como “esclavos” o “siervos”.
A través del libro de los Hechos, vemos que
en las predicaciones y en las cartas escritas por los apóstoles siempre se ha
tenido como objetivo mostrar a Jesús por lo que verdaderamente es, es decir
predicar a Jesús como el Señor de un Reino que se ha acercado; La “salvación”
no era el motivo de la predicación, esto era consecuencia; Hablar de la obra
redentora de Jesús es importante, Él es un Salvador su nombre así se traduce
pero lo vital y lo importante del Evangelio fue, es y será siempre mostrar a
Jesucristo como el Señor, El Rey Soberano de máxima autoridad.
Hechos 2
37 Al oír esto, se
compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones
hermanos, ¿qué haremos? 38 Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese
cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis
el don del Espíritu Santo.
Cada vez que los apóstoles predicaron de esta
manera el Espíritu Santo actuó con autoridad haciendo maravillas y sometiendo a
los hombres que escucharon la predicación.
En todo mensaje en que se glorifique al
máximo el nombre de Jesús, Dios obra plenamente en los corazones que le
escuchan, haciéndole reconocer su maldad, sus malas obras, produciendo en ellos
un profundo arrepentimiento y mostrándole por amor el perdón y la gracia.
La autoridad:
Mateo 4
18Andando Jesús junto al mar de
Galilea, vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano, que
echaban la red en el mar; porque eran pescadores. 19Y les dijo: Venid en pos de mí, y os haré
pescadores de hombres.
Mateo 8
22Jesús le dijo: Sígueme; deja que los muertos entierren
a sus muertos.
Mateo 9
9Pasando Jesús de allí, vio a un
hombre llamado Mateo, que estaba sentado al banco de los tributos públicos, y
le dijo: Sígueme. Y se levantó y le
siguió.
Mateo 19
21Jesús le dijo: Si quieres ser
perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en
el cielo; y ven y sígueme.
Lucas 9
59Y dijo a otro: Sígueme. Él le dijo: Señor, déjame que
primero vaya y entierre a mi padre. 60 Jesús le dijo:
Deja que los muertos entierren a sus muertos; y tú ve, y anuncia el reino de Dios. 61 Entonces también
dijo otro: Te seguiré, Señor; pero déjame que me despida primero de los que
están en mi casa. 62 Y Jesús le dijo: Ninguno que
poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios.
Lucas 14
26Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y
madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su propia vida,
no puede ser mi discípulo. 27Y el que no lleva su cruz y viene en pos de mí, no
puede ser mi discípulo.
Lucas 14
33Así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a
todo lo que posee, no puede ser mi discípulo.
Juan 21
19Esto dijo, dando a entender con
qué muerte había de glorificar a Dios. Y dicho esto, añadió: Sígueme.
Jesucristo en los días de su carne y durante
su ministerio siempre se comportó como un “Señor”. Él siempre estaba dando
órdenes, cuando llamo a sus discípulos les dijo a cada uno de ellos con
autoridad ¡Sígueme!, era una orden, nunca pero nunca pregunto si le querían
seguir, tampoco ofreció opciones o alternativas para que le sigan, tampoco les
decía que si le seguían le daría perdón de pecados, vida eterna, amor, paz;
Nunca, pero nunca hizo promesas o propagandas para que le siguieran.
Simplemente les miraba a los ojos y les decía ¡sígueme! y cuando le seguían Él
les decía que nadie era digno de seguirle sin antes abandonar todo lo que tenía
para estar a su servicio.
Seguir a Cristo condiciona a la persona a un
cambio total, a renunciar a todo, aún hasta su propia vida para ser esclavo de
Cristo.
Juan 1
43El siguiente día quiso Jesús ir
a Galilea, y halló a Felipe, y le dijo: Sígueme.
Mateo 19
20El joven le dijo: Todo esto lo
he guardado desde mi juventud. ¿Qué más me falta?
21Jesús le dijo: Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que
tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven y sígueme.
22 Oyendo el joven
esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones.
¡SÍGUEME!, ante una orden así solo tienes
dos alternativas, o le sigues o NO le sigues, cumples la orden o NO la cumples.
Los discípulos le obedecieron, el joven rico
se fue entristecido (Mr 10:17:31).
El evangelio y Jesús mismo son una disyuntiva
a nuestra vida y a nuestra personalidad, cuando Él habla su autoridad se
manifiesta con su palabra. Se pueden imaginar a Pedro, Jacobo, Natanael,
Felipe, personas de carácter muy fuerte dominantes ante la orden de Jesús
¡Sígueme!. Es evidente que para que le siguieran tuvieron que quebrarse
interiormente, preguntándose ¿Quién es éste para que le siga?, ¿Porqué me trata
así?. Una cosa es cierta, ante la orden que se le ha dado solo tienen dos
alternativas.
Mateo 11
12Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el
reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan.
La violencia interior de una persona frente a
la orden de Jesús, su lucha, su mirada, todo en cuanto puede pensar y en pocos
segundos se define si es hijo de Dios o no, si puede ser esclavo de Cristo o
seguir siendo esclavo del mundo.
Pablo, una persona recta en el cumplimiento
de la ley, estudioso y escudriñador de las escrituras, era un doctor de la ley,
poderoso en el conocimiento de la ley, un personaje de mucha autoridad (sentado
a los pies de Gamaliel “sacerdote fariseo principal del sanedrín”), este Pablo
apuntaba a un orden religioso imperial con justicia basada en la ley judía,
conocía a Dios desde los papeles y se estimaba fiel servidor de Dios. Pero un
día se enfrentó a Él, y cuando esto ocurrió cayendo del caballo e intentando
mirar hacia aquella luz que lo enceguecía dijo:
“¿Quién eres SEÑOR?” y luego “SEÑOR ¿Qué
quieres que haga?” (Hch 8).
Pablo comprendió en primera instancia con
quien estaba hablando, sabe que una luz del cielo solo puede provenir de Dios,
aunque no podía conocerle porque no había comprendido aún el plan de Dios se
dispuso bajo la autoridad de Cristo a tal punto que de perseguir a la Iglesia se transformó en
el apóstol de los gentiles.
A partir de que los discípulos reconocieron a
Jesús como su Señor, cambiaron sus vidas,
Pedro cuando redacta sus cartas comienza diciendo:
“siervo y apóstol de Jesucristo”
Santiago dice: “siervo de Dios y del Señor
Jesucristo”
Pablo dice: “siervo de Jesucristo” (Ro 1:1; Fil 1:1; Tit 1:1)
Judas dice: “siervo de Jesucristo”
Juan dice: “de Dios Padre y del Señor
Jesucristo”
Filipenses 3
8Y ciertamente, aun estimo todas
las cosas como pérdida por la
excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del
cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo,
Efesios 4
1Yo
pues, preso en el Señor, os ruego que
andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados,
Gálatas 2
20Con Cristo estoy juntamente
crucificado, y ya no vivo yo, mas vive
Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de
Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.
Abre tus ojos, si tan solo nos detenemos a
analizar la realidad con la que Pablo habla de lo que significa ser esclavo de
Cristo y más aún el énfasis con la que determina el título de “Señor” en Jesús,
comprenderíamos la verdad y la razón del evangelio.
Seguir a Jesús para ser su esclavo no es
fácil.
Actualmente
las personas que llaman a Jesús Señor juegan a dos o más puntas, hoy en día
¿Quién puede dejar a su familia para seguirle? ¿Quién abandona su trabajo o
tareas para hacer lo que Él manda? ¿Quién cumple los requisitos para ser un
siervo?.
Debemos
tener mucho cuidado, cualquiera que no cumple y llama a Jesús Señor, se hace
mentiroso y se condena a sí mismo, porque:
Mateo 7
21No todo el que me dice: Señor,
Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad
de mi Padre que está en los cielos. 22Muchos me dirán en
aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos
fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? 23Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí,
hacedores de maldad.
El
Cesar
Hasta
aquí hemos desarrollado el primer significado de la palabra kurios.
En
épocas de Cristo había un solo designio a una sola persona como Señor, este era
“El Cesar”, nombre del emperador, ante el cual siempre se afirmaba, que “Cesar
es el Señor”, y esta expresión tenía tal fuerza que era un saludo obligado
entre los romanos y sus súbditos y más aún levantando la mano asistían al
saludo.
Uno
decía: “El Cesar es el KYRIOS” y el otro respondía: “El Cesar es el KYRIOS”.
Luego
los discípulos y los que creían en el Señor Jesús respondían al saludo
diciendo:
“Jesucristo
es el KYRIOS”, ¿Cómo?, ¿Quién?, NO!, Estás equivocado!, y siempre se agregaba:
“A la cárcel”, “A la hoguera”, “A los leones”.
Los
primeros cristianos, Hijos de Dios, preferían contestar que Cristo es el Señor
y morir, si es necesario, antes que negarle, porque comprendían muy bien quien
es la máxima autoridad y sabían que:
Mateo 10
32A cualquiera, pues, que me
confiese delante de los hombres, yo también le confesaré delante de
mi Padre que está en los cielos. 33Y a cualquiera que
me niegue delante de los hombres, yo también le negaré delante de mi
Padre que está en los cielos.
La
realidad de aquella época era que Cesar era el Kurios de todo el Imperio
Romano. El Cesar era el jefe, el que mandaba, el dueño de todo el imperio, de
todo su territorio, aún cuando la gente tenía chacras, terrenos propiedades y
se le permitía administrarlo, en última instancia todo pertenecía al Cesar.
Cuando él decía “quiero veinte hectáreas de aquel lugar para hacer una plaza”,
nadie se le oponía, porque era dueño.
Cuando
a Jesús le preguntaron con respecto a los tributos e impuestos al Cesar, para
tentarle, Él pidió una moneda y dijo: “¿De quién es
esta imagen?”, “del Cesar” respondieron entonces sabiamente y con verdad
respondió: “Dad al Cesar lo que es del Cesar”
(Mt 22:15-22).
Todas
las monedas del imperio tenían grabada la imagen del Cesar, porque todo el
dinero era de su propiedad, y todo el desenvolvimiento económico dependía de
él.
La
fuerza, la soberanía y la autoridad máxima sobre los hombres eran representadas
por el Cesar, hasta que llegó Jesús hombre para obtener el Señorío Real.
LA OBTENCIÓN
DEL TITULO
En el
transcurso de nuestra historia, se han definidos épocas en la que los hombres
conquistadores de pueblos establecían
reinos, reyes, emperadores, cesares.
Toda
nuestra historia está llena de personajes que a través de la espada y ejércitos
han tomado y sometido los territorios y los reinos; La búsqueda fue siempre la
de un solo poder, la de un solo líder, la de un solo rey, la de un único Señor,
y lo obtenían matando gente, destituyendo reyes, haciendo guerras, basándose en
la fuerza violenta, porque vivían bajo la ley “del más fuerte”, “la ley de la
selva”. Una y otra vez se levantaron imperios.
Pero
los que los hombres ignoran es que todos, absolutamente todos los imperios
fueron puestos por Dios, ignoran que existe un solo y todopoderoso Rey y
Soberano Dios.
Daniel 2
21El muda los tiempos y las
edades; quita reyes, y pone reyes; da la sabiduría a los sabios,
y la ciencia a los entendidos.
La
síntesis de la historia de la humanidad está resumida en las profecías del
libro de Daniel y en el libro de Apocalipsis y muchos detalles se encuentran en
los libros de los otros profetas.
Todos
los hombres que se han hecho emperadores fueron puestos por Dios.
Así
que “señor” son aquellos que han logrado el poder máximo sobre los hombres por
voluntad de Dios. Todos los emperadores escogieron el camino de la guerra y del
sometimiento, pero volviendo a Filipenses 2 (leyendo detenidamente 5 al 11),
vemos que Jesús ha llegado a ser el Señor mediante el proceso de la humillación
y la prueba y esta no es solo la evidencia sino también el ejemplo dado a
nosotros.
Nota: Antes de describir las
secuencias, queremos aclarar que la descripción está considerada desde la
perspectiva humana, para que pueda ser asimilada desde nuestra condición. (Cuidado
con la comprensión). Jesucristo es el Señor desde siempre y para siempre, desde
antes de la fundación del mundo, lo importante del desarrollo es hacer que el hombre
lo asimile, lo comprenda.
En
la antigüedad solo un pueblo tenía reconocido como Señor a un Único y verdadero
Dios (Los Israelitas), las demás naciones vivían sometidas a imperios y a
falsos dioses (esto es “sin Señor”), pero luego aquel Señor de los judíos tomó
forma de siervo, para extender su reino, hacia nosotros los gentiles. Y a
partir de allí nació un nuevo pueblo que se asomó del mundo para heredar el
mundo.
1º
- Jesucristo se humilló
Cristo
antes de nacer como hombre estaba en forma de Dios (Jn
1:1; Fil 2:5-7; Pr 8:22-31).
El
ser Supremo, Él Creador del universo tomo forma de hombre. Siendo Dios no
estimó el ser igual a Dios, no sacó ningún, pero ningún provecho de lo que
realmente era, vino al mundo por voluntad del Espíritu Santo tomando forma de
siervo, hecho igual, igual a los hombres, no era superior ni inferior
sino de la misma condición. Jesús fue un hombre sin pecado, verdadero Hijo de
Dios, verdadero hombre, verdadero Dios, pero creció al igual que
nosotros de la misma manera y en circunstancias iguales, aún por debajo de los
estándares humanos, y nunca hasta los treinta años (antes de su ministerio)
mostró indicio de superioridad o poderes misteriosos, fue siempre un hombre que
crecía y se llenaba de sabiduría y de la gracia de Dios y Dios estaba con Él. (Lc 2:40, 45-52).
Existen
seres creados superiores e inferiores a nosotros, ángeles, animales, insectos y
vegetales.
Cuando
dice que Él estaba en forma de Dios y se hizo hombre, está diciendo que de Creador,
pasó a tomar forma de ser creado, y eso es una verdadera humillación, y es
contradictorio a la idiosincrasia del hombre que siempre quiere escalar,
buscando ser superior, queriendo evolucionar.
Para
entenderlo, haremos la siguiente pregunta que te ayudará a comprender el
despojo: ¿Quisieras dejar de ser hombre para ser una cucaracha o una hormiga?.
Dejarías de ser humano para convertirte en algo inferior de poca o escasa
inteligencia que escarba en la basura para comer y que vive con el riesgo de
ser aplastado por un pie. Obviamente la repuesta será siempre “NO, yo soy un
hombre como voy a tomar forma inferior, eso sería humillante”, pues bien; Lo
que realmente está ocurriendo en ti es que te estás aferrando a tu condición y
no te quieres desprender de ella. Sin embargo El Hijo se hizo hombre en una humillación
o degradación mucho mayor que la de nosotros haciéndonos una cucaracha o una
hormiga.
Más
aún, estando Jesús en la tierra nunca dijo ¡Atención, soy un hombre pero
también soy Dios y he venido para que me sirvan. Jesús no vino para ser
servido, ni para hacer la voluntad del hombre, sino para servir haciendo la
voluntad del Padre; Como hombre se humilló aún mas, debido a que debía obedecer
y obedeció hasta la muerte y de esa manera cumplió su función de “El Salvador”,
asumiendo injustamente nuestra condenación, asumiendo el infierno de todos los
hijos de Dios perdidos. ¡Que humillación! y cuanto amor, por esta razón Jesús
es perdón, restauración y Vida eterna.
2º
- Dios le exalto a lo sumo
Mateo 4
8Otra vez le llevó el diablo a
un monte muy alto, y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos,
9y le dijo: Todo esto te
daré, si postrado me adorares. 10Entonces Jesús le
dijo: Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a
él sólo servirás. 11El diablo entonces le dejó; y
he aquí vinieron ángeles y le servían.
Jesús
nunca buscó por si mismo el máximo poder como lo hacemos nosotros, nunca se
exaltó así mismo como lo hacemos nosotros. A Jesús lo exaltó Dios.
Jesús
en la tierra es Dios hecho hombre (el Hijo Unigénito) y como hombre su
condición ante sí mismo en el Cielo (Padre) es la de un siervo, y siendo hombre
comprendió quien es su Padre, como hombre supo que Dios es el Soberano y el que
dispone de todas las cosas. Supo que Él no debía hacer su voluntad, sino
únicamente la voluntad de Dios. (Jn 5:30)
En
todo el tiempo en que estuvo en su carne Jesús no buscó el hacer su voluntad a
pesar de conocer todo su potencial, Él podía por su propia capacidad levantar
un reino en la tierra y permanecer para siempre en ese estado (en carne y
sangre), Jesús tenía la capacidad y la potencia de levantar en poco tiempo un
ejército y derrocar a todo los emperadores y reyes para establecerse como un
único y eterno rey en la tierra. Se lo imaginan, se hubiera hecho dueño
absoluto de toda la humanidad. Esto era posible porque Él sabía que todo era
suyo y podía hacer con él lo que quiera.
Si
Jesús hubiera querido esto, Él estaría reinando en carne actualmente sobre
nosotros y estoy seguro que todo sería paz y armonía. Pero a Jesús no le atrajo
esta posibilidad que satanás le mostró en la tentación. Me he puesto a pensar
en la última tentación de satanás a Jesús y un profundo análisis desde varios
puntos de vistas me sorprendieron y me han enseñado a humillarme y a amar a
Jesús. Es maravilloso que Él haya dicho “vete satanás”, de otra forma toda la
humanidad de principio a fin hubiera muerto eternamente.
Me
imaginé por un momento estar frente a esa tentación y que me mostraran la
gloria de los reinos y dije “pero esto es el todo de todo hombre”, quién podría
realmente rechazar semejante oferta, yo no lo hubiera pensado dos veces, todo
hombre se hubiera postrado ante satanás esperando que él le entregara los
reinos preciados, esta tentación es realmente inmensa para cualquier hombre
carnal y mortal. Pero en Jesús es mucho más grande la oferta, porque si a un
hombre se le brindara esa oportunidad, su reinado duraría hasta que muera (no
más de cien años), pero si Jesús hubiera aceptado su reinado sería eterno
porque Él es eterno, y otra observación muy importante es que Jesús vino al
mundo para establecer un reino, es decir, que lo que satanás le estaba
ofreciendo era lo que Jesús tenía como objetivo y aún con el camino más fácil
para obtenerlo, porque Jesús sabía que su muerte en la cruz sería una
experiencia horrible, tormentosa, dolorosa e injusta, basta recordar que oró
tres veces pidiendo pasar de esa copa, (Mt 26:36-46).
Esto es doblemente maravilloso, porque no solo rechazó la oferta de
satanás sino que asumió la inmerecida y Horrible muerte condenatoria de cada
uno de nosotros, soportó la ira de Dios que debía ser derramada sobre nosotros.
Mi
pregunta ante semejante hecho fue: ¿Porqué?¿Por qué aceptar morir y rechazar
los reinos que en definitiva eran suyos?
Y a
partir de allí comencé a comprender porque “es” realmente mi verdadero Señor y
el Señor de toda la Creación
Jesús
no prefirió la oferta de satanás, porque si lo hubiera aceptado su reino habría
sido sobre hombres que se mueren, su reino hubiera sido un reino en el que la
muerte se apodera de su pueblo. A Jesús no le interesaba ser “el rey de los
muertos”. Él quería ser “El Rey de hombres vivos”, y para ello debía deshacer
el poder de la muerte. Pero para deshacer el poder de la muerte debía cumplir
la ley como Él la cumplió y cumplida Él estaba justificado, pero con su sangre
perfecta, santa, con su vida humana, compró a su pueblo que estaba muerto, con
su vida pudo justificar a todos los hombres de su reino y así deshacer el poder
de la muerte que había sobre su pueblo. Hemos sido comprado con su sangre (1º de Co 7:23). Somos esclavos “vivos” de Él.
Hechos 2
31 viéndolo antes, habló de la resurrección de Cristo, que su alma no fue dejada
en el Hades, ni su carne vio corrupción. 32A este Jesús resucitó
Dios,
de lo cual todos nosotros somos testigos. 33 Así que, exaltado por la
diestra de Dios, y habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu Santo, ha derramado
esto que vosotros veis y oís.
34 Porque David no subió a los cielos; pero él mismo dice:
Dijo el Señor a mi Señor:
Siéntate a mi diestra,
35 Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies. 36 Sepa, pues,
ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros
crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo.
Entonces
en el momento de Jesús en la cruz, muerto Él, comenzó a comprar a su pueblo, es
decir estaba abriendo la posibilidad de vivificar a su pueblo, pero Él estaba
muerto, por tres días podríamos decir que se trataba de un pueblo que podía
vivir, pero con su Rey muerto. Pero la fe, la obediencia y la esperanza de
Jesús tuvo su fruto, aquel Rey alcanzó la gloria máxima entregada por su Padre
quien lo levantó del Seol y le dio un cuerpo glorificado y un nombre que es
sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los
que están en los cielos y en la tierra y debajo de la tierra y todo lengua
confiese que ¡JESUCRISTO
ES EL SEÑOR! para la gloria de Dios Padre por todas las edades, por
los siglos de los siglos Amén. ¡Aleluya! Por el poder de nuestro Padre y por
nuestro SEÑOR Jesucristo.
1 Juan 3
2Amados, ahora somos hijos de
Dios,
y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él
se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es. 3Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí
mismo, así como él es puro.
Ahora
tenemos un pueblo vivo con su Rey vivo, ¡Y qué vida! una vida eterna con un cuerpo
glorificado sostenido en la esperanza; en la que también nosotros por medio de
Él venceremos a la muerte y a todo su poder eternamente para obtener aquel
cuerpo semejante al de nuestro Señor.
Es
así como logró el Señorío sobre el hombre, dándole vida a su pueblo,
comprándonos del reino de la muerte, para trasladarnos al reino de la luz (Col 1:13). No con dinero sino con sangre y por
amor.
Y no
solo al hombre sino también al mundo entero, porque con su amor cubrió todo el
mundo (Jn 3:16), a tal punto que en su
muerte no solo está la esperanza de nuestra transformación sino también la
redención de la tierra y de los cielos (Ro 8:18-25,
Ap 21:1).
Jesús
en este mundo fue coronado de maldición, corona de espinos pusieron sobre su
cabeza (Gn 3:18; 22:13; Jn 19:5), pero Dios
la convirtió en una corona de gloria inefable e indescriptible. Jesús quitó la
maldición y venció al poder de la muerte.
Es
maravilloso semejante suceso y solo lo podremos comprender cuando realmente
reconozcamos a Jesús como Señor y crezcamos Espiritualmente (Ef 3:14-21).
JESÚS ES EL
SEÑOR DE LA CREACION
[POTESTAD: (Del lat. potestas, -ātis). Dominio, poder o
jurisdicción sobre una cosa]
euxousia [1668]
Autoridad, potestad
[ESTRADO: (Del lat. stratum). Tarima
cubierta con alfombra en la que se coloca un trono o la mesa de un personaje en
actos solemnes]
upopodion [4578]
Estrado, escabel
[PRINCIPADO: (Del lat. principātus). Título o dignidad
de príncipe. / Territorio sobre el que recae este título / Extensión sujeta a
un príncipe]
archv [673] Gobierno,
principado
Colosenses 1
15El es la imagen del Dios
invisible, el primogénito de toda creación. 16Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos
y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios,
sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y
para él. 17Y él es antes de
todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten; 18y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el
principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la
preeminencia; 19por cuanto agradó al Padre que
en él habitase toda plenitud,
Filipenses 2
10para que en el nombre de Jesús
se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo
de la tierra; 11y toda lengua
confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.
Salmos 110
(Mateo 22:44)
1 Jehová dijo a mi
Señor: Siéntate a mi diestra, Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de
tus pies.
Mateo 28
17Y cuando le vieron, le
adoraron; pero algunos dudaban. 18Y Jesús se acercó
y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra.
Colosenses 2
10y vosotros estáis completos en
él, que
es la cabeza de todo principado y potestad.
No
hacen falta agregar más palabras a las verdades bíblicas mencionadas, lo que si
pretendemos es ordenar sencilla y simplemente con pocas palabras el dominio o
señorío de Jesucristo.
Desde
el inicio de la humanidad Dios ha puestos muchos reyes en la tierra, pero de
todos ellos, hay uno que realmente es el verdadero Rey y Señor, “El Señor
Jesucristo”. Este Señor tiene virtudes, distinciones y características que
ningún otro ha tenido, podríamos decir que son propiedades obtenidas por la
obediencia a su Padre por cuanto ha sido perfeccionado en todo.
-
El Señor Jesús es el único Rey que ha permanecido para siempre. Es
eterno
-
El Señor Jesús es el único que tiene vida.
-
El Señor Jesús es el único que tiene potestad sobre la muerte.
También
es importante que enseñemos bíblicamente que JESÚS ES EL SEÑOR DE TODO LO
CREADO. Porque
no lo es meramente por su deidad preexistente. Sino que lo ha demostrado cuando
vino a la tierra y se encarnó, y delante de todos los hombres ha evidenciado el
pleno dominio y autoridad que tenía sobre todas las esferas de la Creación
-
Jesús el Señor del reino de los ángeles
Mateo 4
11El diablo entonces le dejó; y
he aquí vinieron ángeles y le servían.
Mateo 26
53¿Acaso piensas que no puedo
ahora orar a mi Padre, y que él no me daría más de doce legiones de ángeles?
Los
ángeles son seres espirituales superiores al hombre carnal, estos han sido
creados por Él Hijo para colmar y rellenar todo su reino celestial y para que
estén a su servicio; Su posición es agradable puestos que están en la presencia
de Dios y disfrutan trabajar para Él. Sin embargo un “tercio” de ellos ha sido
engañado por el “querubín” y fueron hechos prisioneros hasta el día del juicio
final. También hemos de destacar que Dios no ha procurado la salvación de tales
ángeles. Jesucristo no se hizo ángel para salvar ángel, se hizo inferior a los
ángeles para salvarnos a nosotros. (Heb 2:14-16, Jd
1:6)
-
Jesús el Señor del reino de la naturaleza
Mateo 8
26El les dijo: ¿Por qué teméis,
hombres de poca fe? Entonces, levantándose, reprendió a los vientos y al
mar; y se hizo grande bonanza. 27Y los hombres se
maravillaron, diciendo: ¿Qué hombre es éste, que aun los vientos y el mar le
obedecen?
Mateo 14
25Mas a la cuarta vigilia de la noche, Jesús vino a ellos andando sobre el mar.
Mateo 21
18Por la mañana, volviendo a la
ciudad, tuvo hambre. 19Y viendo una
higuera cerca del camino, vino a ella, y no halló nada en ella, sino hojas
solamente; y le dijo: Nunca jamás nazca de ti fruto. Y luego se secó la
higuera. 20Viendo esto los discípulos,
decían maravillados: ¿Cómo es que se secó en seguida la higuera?
Estos
versículos más allá de mostrar su potencia o su poder sobre las cosas, están
para mostrar que Jesús hecho hombre nunca perdió su autoridad como Dios y así
lo demuestra, Él fue Señor siempre, su autoridad no menguó, hacerse hombre no
era renunciar a su Señorío sino extenderlo hacia los hombres.
La
postura de Jesús en condiciones humanas es la de un Hijo obediente, pero su
título de Señor es eterno. Él tiene autoridad, pero como hombre tuvo que sujetarse
a la voluntad del Padre, esto no fue por capricho sino por una condición
necesaria y como ejemplo para nosotros de cómo debemos obedecer al Padre.
Jesús
tiene el control absoluto de la naturaleza, porque todo subsiste por medio de
Él y para Él, esto incluye también nuestra naturaleza.
-
Jesús es el Señor sobre el reino de los muertos
Juan 11
43Y habiendo dicho esto, clamó a
gran voz: ¡Lázaro, ven fuera! 44Y el que había
muerto salió, atadas las manos y los pies con vendas, y el rostro
envuelto en un sudario. Jesús les dijo: Desatadle, y dejadle ir.
La
resurrección de Lázaro, prueba fiel de que Él era el esperado, Él es el Cristo.
“Yo soy la vida”, “aunque este muerto vivirá”. Pero más allá de librarnos de la
muerte física (resurrección a un cuerpo glorificado), lo más importante es que
Él nos libra del poder de la muerte y de la muerte eterna (ya nunca más seremos
separado de la gloria de Dios), por lo que llamamos una salvación eterna. No
pecaremos y nunca más se acordará de nuestros pecados.
-
Jesús es el Señor sobre el reino de los demonios (por encima de
Satanás)
Mateo 4
9y le dijo: Todo esto te daré,
si postrado me adorares. 10Entonces Jesús le
dijo: Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás,
y a él sólo servirás. 11El diablo entonces le dejó; y
he aquí vinieron ángeles y le servían.
Mateo 8
28Cuando llegó a la otra orilla,
a la tierra de los gadarenos, vinieron a su encuentro dos endemoniados que
salían de los sepulcros, feroces en gran manera, tanto que nadie podía pasar
por aquel camino. 29Y clamaron diciendo: ¿Qué
tienes con nosotros, Jesús, Hijo de Dios? ¿Has venido acá para atormentarnos
antes de tiempo? 30Estaba paciendo lejos de ellos
un hato de muchos cerdos. 31Y los demonios le rogaron
diciendo: Si nos echas fuera, permítenos ir a aquel hato de cerdos. 32El les dijo: Id. Y ellos salieron, y se fueron a aquel hato de cerdos;
y he aquí, todo el hato de cerdos se precipitó en el mar por un despeñadero, y
perecieron en las aguas
Lucas 4
32Y se admiraban de su doctrina,
porque su palabra era con autoridad. 33Estaba en la
sinagoga un hombre que tenía un espíritu de demonio inmundo, el cual exclamó a
gran voz, 34diciendo: Déjanos; ¿qué tienes
con nosotros, Jesús nazareno? ¿Has venido para destruirnos? Yo te conozco quién
eres, el Santo de Dios. 35Y Jesús le
reprendió, diciendo: Cállate, y sal de él. Entonces el demonio,
derribándole en medio de ellos, salió de él, y no le hizo daño alguno. 36Y estaban todos maravillados, y hablaban unos a otros, diciendo: ¿Qué
palabra es esta, que con autoridad y poder manda a los espíritus inmundos, y
salen?
Cuando
los espíritus inmundos veían a Jesús comenzaban a temblar ante su presencia y
ya le estaban pidiendo que si los sacaba de allí los dejara ir a los hatos de
cerdos. Él dio una orden en una sola palabra “Id”. Y no hubieran podido ir por
si mismo porque necesitaban el permiso del Señor de la naturaleza para entrar
en ellos. Cada vez que un demonio o una legión o hasta satanás mismo estuvieron
frente a Jesús, tuvieron que someterse al mandato del Señor, porque a pesar de la rebeldía y la
desobediencia de satanás y sus demonios ellos seguirán bajo la autoridad de
Cristo. La gente y los discípulos fueron fieles testigos de la autoridad
ejercida sobre el reino de las tinieblas.
Este
concepto encierra no solo la autoridad de nuestro Cristo sino también su
soberanía sobre todo tipo de reino
-
Jesús es el Señor sobre la humanidad
Juan 7
46 Los alguaciles respondieron: ¡Jamás
hombre alguno ha hablado como este hombre!
Mateo 7
28 Y cuando terminó Jesús estas
palabras, la gente se admiraba de su doctrina; 29porque les
enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas.
Mateo 8
2 Y he aquí vino un leproso y se
postró ante él, diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme. 3Jesús extendió la mano y le tocó, diciendo: Quiero; sé limpio.
Y al instante su lepra desapareció.
Mateo 9
2 Y sucedió que le trajeron un
paralítico, tendido sobre una cama; y al ver Jesús la fe de ellos, dijo al
paralítico: Ten ánimo, hijo; tus pecados te son perdonados.
Las
personas cuando le oían predicar se sorprendían porque les hablaba como quien
tiene autoridad, sanaba con la imposición de manos y algún otro método
significativo pero el poder estaba en su voz. Tenía potestad de perdonar
pecados.
El
siempre estaba dando órdenes, cuando llamó a sus discípulos les dijo “Sígueme”
era una orden, no les explicaba quien era, o porque debían seguirle, Él
ordenaba y solo había dos opciones o cumples o no cumples.
En
cierta ocasión, cuando lo estaban por apresar (Jn
18:5), le preguntaron quien era Jesús y Él respondió, “Yo Soy” y toda la
turba retrocedió y cayó al suelo.
La
personalidad de Jesús era la de un hombre sencillo, rostro y postura varonil,
pelo corto, tenía una mirada que nadie podía soportar.
Nadie
podía estar frente a Él sin sentir algún temor interno o reprensión cuando Él
miraba o hablaba, porque era un Rey.
Jesús
tiene autoridad sobre los seres vivientes: sobre su cuerpo para sanar; sobre su
alma y su espíritu para salvar.
Una y
otra vez se paró frente a las gentes y les dijo: “¿Quién de vosotros me acusa
de pecado?. Nunca nadie pudo levantar un dedo, nadie nunca abrió la boca. Todos
enmudecieron.
JESUS EL REY VENCEDOR DE LA MUERTE
-
Jesús frente al concilio
Mateo 26
63Mas Jesús callaba. Entonces el
sumo sacerdote le dijo: Te conjuro por el Dios viviente, que nos digas si eres
tú el Cristo, el Hijo de Dios.
64Jesús le dijo: Tú lo has
dicho; y además os digo, que desde ahora veréis al Hijo del Hombre sentado
a la diestra del poder de Dios, y viniendo en las nubes del cielo.
Ante
todas las acusaciones Jesús callaba, pero a la pregunta del sumo sacerdote le
respondió “Tú lo has dicho” y agregó la frase del libro de Daniel en señal
cierta de que Él era el Hijo del Hombre, esto causó gran conmoción porque los
sacerdotes sabían que el “Hijo del Hombre” nombrado por Daniel (quizás el libro
más leído en esos tiempos) era el ungido de Dios, el Mesías esperado, El
Salvador de los judíos y ahora este Jesús se declaró ante la repuesta de sus
labios, no soportaron la verdad y les pareció blasfemia y el sumo sacerdote
rasgó sus vestiduras.
“Y
los suyos no le recibieron”
Jesucristo
se presento a sí mismo: Él era el Mesías “El Hijo del Hombre”
-
Jesús frente a Pilato
Mateo 27
11 Jesús, pues, estaba en pie
delante del gobernador; y éste le preguntó, diciendo: ¿Eres tú el Rey de los
judíos? Y Jesús le dijo: Tú lo dices.
Juan 19
7 Los judíos le respondieron:
Nosotros tenemos una ley, y según nuestra ley debe morir, porque se hizo a sí
mismo Hijo de Dios. 8 Cuando Pilato oyó
decir esto, tuvo más miedo. 9 Y entró otra vez
en el pretorio, y dijo a Jesús: ¿De dónde eres tú? Mas Jesús no le dio
respuesta. 10 Entonces le dijo Pilato: ¿A mí
no me hablas? ¿No sabes que tengo autoridad para crucificarte, y que tengo
autoridad para soltarte? 11 Respondió Jesús: Ninguna
autoridad tendrías contra mí, si no te fuese dada de arriba; por tanto, el
que a ti me ha entregado, mayor pecado tiene.
Pilato
tuvo miedo, quizás por sus vanas creencias y superstición en los mitos y
religión del imperio romano, no sabía con quien estaba realmente y buscó una
explicación. De repente se dio cuenta de que la sangre de un hombre a quien no
conocía y al que llamaban “Rey de los judíos” y “El Hijo de Dios” estaba en sus
manos y trató de librarse sin darse cuenta que tenía la posibilidad de
liberarlo.
A
Pilato le respondió con otra verdad. “El Padre es el que tiene la Autoridad ”
-
Jesús frente a Herodes
Lucas 23
8Herodes, viendo a Jesús, se
alegró mucho, porque hacía tiempo que deseaba verle; porque había oído muchas cosas
acerca de él, y esperaba verle hacer alguna señal. 9Y le hacía muchas preguntas, pero él nada le respondió.
Herodes
no recibió respuesta de Jesús. Jesús era el verdadero Rey de los Judíos,
Herodes era un impostor.
-
La humillación
Durante
3 años y medio Jesús demostró ser el Señor de todo y de todos, pero
repentinamente todo cambió. Él que tenía todo poder en los cielos y en la
tierra y Él que sujetaba con su autoridad a hombres, ángeles, demonios, fue
prendido en el huerto de Getsemaní. Los hombres le ataron y le llevaron e
hicieron de Él lo que quisieron, le escupieron su rostro, le injuriaron y Él
permaneció en una actitud pasiva. Él que era Señor sobre los hombres estaba
siendo sometido por ellos.
No
actuó más con la autoridad que demostraba tener. Dios lo sometió a las
autoridades de los gobernantes de la tierra. “Se estaba humillando”
Su
cuerpo quedó colgado, sujeto por tres o cuatro clavos a una cruz. Así estuvo El
Hijo de Dios, bajo las burlas de los que le pedían que se bajara de la cruz para
creerle.
Ya
había pasado el tiempo de demostrar, no quiso salir de la cruz.
Cristo
en la cruz “se estaba despojando” de su poderío, se humilló hasta la muerte, se
hizo maldición por nosotros. Estaba solo completamente solo, los discípulos se
habían ido, ni el Padre le miraba, le había desamparado, ni un ángel para
servirle, porque era necesario que sujetara todo aquello que era suyo en sus
manos de hombre, Jesús debía resistir la ira de Dios como hombre, es decir, todo
el peso de la Creación
para salvarlo y reconciliarlo con Dios pero como hombre. Y murió asumiendo
injustamente la destrucción de los suyos y del mundo. El que tenía el poder
sobre la muerte ahora moría, (“la herida en el calcañar”). Descendió al Hades y
allí se encontró con el sufrimiento y con la cautividad (Seno de Abraham) Y
esperó en el Padre para ser levantado juntamente con todos aquellos que durante
tanto tiempo habían esperado a su Señor.
Jesús
venció la muerte y aplastó la cabeza de la serpiente, dándole un golpe mortal,
le quitó las llaves y resucitó al tercer día, ¡Aleluya!.
JESÚS VENCEDOR Y
VENCIDO SATÁN
El
que fue injustamente muerto mereció toda la gloria, todo el poder y toda la honra. Con su sangre
compró lo que se había perdido, con su vida dio Vida a su pueblo.
Porque
este Señor no compró con dinero nuestra vida, sino que con su vida pagó nuestra
muerte para darnos una nueva Vida a nuestro ser.
Esto
nos demuestra que: EL SEÑOR ES AMOR
A
partir de allí recuperó todo lo que estaba perdido. Está sentado a la diestra
del poder de Dios y mora en nuestros corazones con su Espíritu Santo.
Hebreos 10
13de ahí en adelante esperando
hasta que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies;
1 Corintios 15
26Y el postrer enemigo que será
destruido es la muerte.
Esperamos hermanos que tomen conciencia acerca de en
quien han creído y de lo que significa estar bajo el Señorío de Cristo, no
busquemos que el Señor nos ayude en este mundo, busquemos hacer su voluntad.
Los días son malos y el Señor Viene, apresúrense a
despertar y a trabajar en el Señor.