Algunos
cristianos luego de haber practicado el Evangelio, descubren que son llamados a
la tarea de enseñar y predicar.
En sus primeros
pasos el predicador se pregunta:
-
¿Cómo
hacer una prédica o sermón?
-
¿Cómo
construyo el mensaje bíblico?
-
¿Cómo
predicar?
-
¿Qué
recursos puedo utilizar?
-
¿Qué es
la Homilética, la Hermenéutica y la Exégesis?
Mediante estos post,
resumimos los elementos necesarios para aprender a construir un mensaje
bíblico. Esperamos sea de utilidad y estaremos atento a cualquier consulta.
LA CONSTRUCCIÓN DE UN MENSAJE BÍBLICO –
PARTE II
LA HOMILÉTICA Y LA HERMENÉUTICA
En esta sección hablaremos de dos elementos necesarios para
desarrollar un mensaje bíblico.
Hablaremos de la homilética y de la hermenéutica que aunque
son vocablos raros, derivados del griego, son palabras que aparecen en las
Escrituras y que se han forjado como virtudes necesaria en los predicadores,
puesto que construir un mensaje se trata de “explicar” (hermenéutica) y también
en como decirlo (homilética).
Lamentablemente, en muchos casos, para cristianos que ya
tienen una formación religiosa institucional (seminario, escuelas,
universidades), estos elementos se consideran tácticos, porque las instituciones
religiosas enseñan como manipular el mensaje y como manipular a las masas.
No obstante, la perspectiva de esta meditación está basada
en la homilética bíblica y en la hermenéutica bíblica, teniendo y usando como
ejemplo la forma en como el Señor Jesús y los apóstoles usaban la homilética y
la hermenéutica para brindar sus predicaciones.
INTRODUCCIÓN
La realidad de los predicadores
actuales:
Hoy en día, es muy difícil para un genuino predicador
bíblico bosquejar un mensaje cristiano; Porque en estos tiempos se enfrenta a
un público que mentalmente tiene un lenguaje estructurado y está adoctrinado
desde pequeño con una preconcebida filosofía maligna, aquella que fue
desarrollada por las elites de control, la cual esparcen a través de los
sistemas educativos. Por esta razón los predicadores se enfrentan a mentes
humanistas muy cerradas, que anteponen la moral del mundo y los conocimientos
seculares y las teorías recibidas en las escuelas antes que a las Escrituras,
sin que conozcan el valor histórico de las Escrituras; Y la otra gran barrera
es esa “auto” opinión forjada por las religiones y los medios de comunicación,
que son terribles controladores de masas; Obviamente, hablando siempre del
ámbito cristiano de cualquier congregación.
Lo lamentable de hoy, es que los cristianos que quieren
predicar o enseñar o formar parte del ministerio de enseñanza son forzados a
participar de programas curriculares en seminarios y escuelas religiosas,
iguales a los sistemas seculares; Y se ha antepuesto los títulos religiosos a
cualquier servicio o ministerio. Ciertamente todo eso es anti bíblico, pero
sigue siendo propuesto y promovido por las instituciones religiosas que aman
tener el control (Nicolaitas Ap 2:6) y por esta razón con sus recursos
adoctrinan a sus alumnos no con las Escrituras sino con sus filosofías y sus doctrinas
preconcebidas basada en el fortalecimiento institucional y jerárquico, cosas
totalmente anticristianas. Por esta razón existen tantas denominaciones y
divisiones religiosas (1 Co 1:10-13).
Considerando lo anterior, queremos brindar resumidamente los
verdaderos conceptos o valores que tienen la homilética bíblica y la
hermenéutica bíblica y como deben aplicarse a la hora de construir un mensaje.
Significados
Básicos
HOMILETICA:
Traducido
del griego (omiletikov,
“omiletikos”, derivado de omilew, “omileo"
[3115]: Conversar, tratar, reunir.
También omilia, “omilia"
[3116]: Conversación, enseñanza. (Lc 24:14,15; Hch 20:11; 24:26; 1 Co 15:33)
HERMENÉUTICA:
Traducido
del griego (ermhneutikov, “erminevtikos”,
derivado de ermhneuw, “erminevo"
[1871]: Interpretar, traducir,
explicar. También ermhneia, “erminía"
[1870]: Interpretación, traducción,
explicación (Jn 1:42; 9:7; Heb 7:2; 1 Co 12:10;
14:26)
La
postura de las instituciones religiosas
Actualmente
se considera a la homilética como el arte de la conversación y del trato. En el
ámbito institucional religioso se considera a la homilética como el “arte” y la “ciencia” de
predicar, e inadecuadamente una rama de la teología, porque dicen
que se encarga del estudio del sermón o discurso religioso.
La realidad es que la homiletica religiosa solo enseña cómo
presentar, con estilo y elegancia el discurso religioso brindado desde un
púlpito a gusto del auditorio.
De igual manera la hermenéutica es considerada por las
religiones cristianas como el “arte” y la “ciencia” de interpretar o explicar
textos bíblicos. Esto implica establecer parámetros, reglas de interpretación,
sugiere también considerar la gramática, la narrativa, la opinión y un sinfín
de análisis para elaborar una explicación adecuada de un texto bíblico.
Inevitablemente las diferencias de opiniones ha generado que
cada religión o denominación cristiana tenga sus “propias reglas de
interpretación” considerando a las demás como falentes o fallidas y esto
también genera división. Por eso existe en el ámbito religioso la hermenéutica
bautista, la hermenéutica pentecostal, la hermenéutica anglicana, la hermenéutica
metodista, etc. y dentro de cada denominación existen subdivisiones productos
de diferencias teológicas.
LA HOMILÉTICA BÍBLICA
A la verdad, la homilética debe considerarse más, en como trata
de manera principal la composición narrativa, es decir, aquello con lo que se
intenta establecer reglas de elaboración, de contenidos, de estilos, y de la
correcta predicación del sermón. Debemos descartar los protocolos que promueven
la posición jerárquica y todo aquello que se utilice como estrategia para
agradar a los hombres.
Ejemplo
1:
Actualmente en la presentación de los predicadores se suele dar por protocolo
un currículum institucional o laboral o artístico de la persona, que apela
orgullosamente a un status humano puramente vano y carnal que intenta
posicionar intelectualmente al predicador por encima de los oyentes. Es
lamentable ver como los ministros actuales se adjudican “títulos religiosos”
tales como “apóstol, evangelista, profeta, maestro, pastor, doctor, phd, seminarista,
conferencista, escatologo, arqueólogo bíblico, dinosauriólogo bíblico, etc.”. Evitemos
todo aquello que intenta exaltar o glorificar al hombre.
Ejemplo
2: La
corbata; ¿Qué es la corbata?. Un símbolo de distinción? o un pedazo de tela?.
La corbata es un pedazo de tela que
ciertas personas la atan alrededor del cuello y es así como todo cristiano
libre del sistema debe verlo. El como “vemos” la corbata es el ejemplo perfecto
para demostrar como la mente humana se programa mediante los sistemas
educativos a la lógica de sometimiento interno del Sistema, porque se enseña
que una corbata es “una muestra de elegancia, de distinción y de estatus cultural,
social o profesional”, a pesar de que como pieza de vestir sea inútil,
innecesaria e incluso incómoda o molesta.
La mayoría de las escuelas religiosas
enseñan que la indumentaria del predicador debe ser elegante y pomposa; Hay
religiones que tienen sus propias indumentarias religiosas que incluyen togas,
capas, mitra, etc., porque mientras el oyente educado en el sistema vea una
corbata o una vestimenta religiosa será impulsado a considerar a tal persona
por encima de su condición o status (sea social o cultural) y se someterá
intelectualmente a lo que esa persona diga. Eso es muy peligroso para los
cristianos, ya desde la antigüedad vemos al Señor Jesús desechar tal postura. Un
cristiano que ha roto con las reglas humanas al ver un pedazo de tela alrededor
de un cuello solo ve orgullo, presunción, ambición, hipocresía, etc.
La
homilética del Señor Jesús
Mateo 23
1 Entonces habló Jesús a la gente y a sus discípulos,
diciendo: 2 En la cátedra de Moisés se sientan los escribas y los
fariseos. 3 Así que, todo lo que os digan que guardéis, guardadlo y
hacedlo; mas no
hagáis conforme a sus obras, porque dicen, y no hacen. 4 Porque atan cargas pesadas y
difíciles de llevar, y las ponen sobre los hombros de los hombres; pero ellos
ni con un dedo quieren moverlas. 5 Antes, hacen todas sus obras para ser vistos por los hombres. Pues
ensanchan sus filacterias, y extienden los flecos de sus mantos; 6 y
aman los primeros asientos en las cenas,
y las primeras sillas en las sinagogas, 7 y las salutaciones en
las plazas, y que los hombres los llamen: Rabí, Rabí. 8 Pero
vosotros no queráis que os llamen Rabí; porque uno es vuestro Maestro, el
Cristo, y todos vosotros sois hermanos. 9 Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra; porque uno es
vuestro Padre, el que está en los cielos. 10 Ni seáis llamados
maestros; porque uno es vuestro Maestro, el Cristo. 11 El que es el mayor de vosotros, sea
vuestro siervo. 12 Porque el que se enaltece
será humillado, y el que se humilla será enaltecido.
Mateo 11
29 Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy
manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso
para vuestras almas;
El Ejemplo
Bíblico:
Si hemos de considerar el modo y la postura de brindar un
mensaje, el mismo debe hacerse usando el ejemplo del Señor Jesús y el de los
apóstoles y diáconos, según las Escrituras.
Mientras que ha mucho les gusta el púlpito:
Mateo 5
1 Viendo la multitud, subió al monte; y sentándose, vinieron a él sus discípulos.
Mientras que ha mucho les gusta usar costosos trajes e
indumentaria de gala:
Mateo
3
4 Y Juan estaba vestido de pelo de camello, y
tenía un cinto de cuero alrededor de sus lomos; y su comida era langostas y
miel silvestre.
Hechos 2
14 Entonces Pedro, poniéndose en pie con los once,
alzó la voz y les habló diciendo:
Hechos 4
13 Entonces viendo el denuedo de Pedro y de Juan, y sabiendo que eran hombres sin letras y del vulgo,
se maravillaban; y les reconocían que habían estado con Jesús.
1
Corintios 2
3 Y estuve entre vosotros con debilidad, y mucho
temor y temblor; 4 y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino
con demostración del Espíritu y de poder,
5 para que vuestra fe no esté
fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios.
1
Corintios 2
13 lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas
por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual.
2
Corintios 1
12 Porque nuestra gloria es esta: el testimonio de
nuestra conciencia, que con sencillez y sinceridad de Dios, no con sabiduría humana,
sino con la gracia de Dios, nos hemos conducido en
el mundo, y mucho más con vosotros.
La verdadera predicación es aquella que sigue la causa del
Señor Jesús, aquella predicación que convierte al hombre de su cultura ególatra
y ambiciosa. Predicar el Reino de Dios es combatir la cultura dominante que
tiene como esclavo a todos los hombres. Pocos cristianos pueden realmente
comprender esto y predicar contra la corriente del mundo, es realmente
lamentable como muchas congregaciones son arrastradas por el sentir humanista
del mundo.
Todo cristiano debe comprender que al Señor Jesús no le
asesinaron por sus milagros, sino por la Doctrina del Reino de Dios y su
justicia. Los judíos no pudieron resistir la predicación de Jesús, la cuales
eran mejores que las propuesta por la ley de Moisés.
Muchos pseudos predicadores actuales, solo se dedican a
predicar a favor del Sistema, a favor del estudio secular, del profesionalismo
laboral, a favor de la prosperidad económica y adquisición de bienes, a favor
de una vida terrenal, a favor de una moral por obras, todas estas cosas son
carnales y contrarias al Espíritu y a la causa del Señor Jesús. La apatía
cristiana de estos tiempos está haciendo cada vez mas tibia a las
congregaciones y por ende muchas serán vomitadas (Ap
3:16).
La
postura del predicador
La homiletica tiene una parte práctica que intenta
reglamentar la postura y las actitudes que debe tener el predicador.
1 Corintios 16
13 Velad, estad firmes en la fe; portaos varonilmente,
y esforzaos.
Entre tantas cosas, lo que si se considera útil dentro de la
homilética práctica son algunas posturas o actitudes que mencionamos a
continuación:
El predicador debe:
- Estar
limpio, lucir decentemente, postura varonil y vestido apropiadamente: Esto
implica que el hombre use cabello corto, vestido para la ocasión evitando las
camisetas deportivas o estampados que impliquen alguna forma idolátrica. No
debe usar pantalones cortos, ni chancletas. No debe usar maquillaje femenino,
ni aros, ni pearcing, ni gorros o sombreros. No debe vestir pomposamente de
ropa lustrosa o muy costosa, sino sencillo, intentando no sobresalir o no
intimidar al público. No usar anteojos oscuros salvo el caso de necesidad. Es
recomendable que no mastique chicles o caramelos…
- Hablar
en un tono moderado fuerte y claro, intentando mantener el ritmo, controlando
las pausas y mirando al público de manera general. Nunca debe mirar al vacío o
al piso, debe dirigir su mirada al público haciendo un recorrido hacia todos.
Si la predicación se hace a través de una lectura, debe levantar la mirada en
los puntos, nunca concentrar la mirada sobre una persona, la misma puede
sentirse aludida o identificada y no es conveniente. No debe señalar al público
y no debe hacer acusaciones intencionadas. No debe gritar, no debe ser
exuberante, no se debe irritar.
- Mantener
un control emocional, en cuanto sea posible. A veces el Espíritu quebranta y
nos lleva a un punto de llanto que es difícil de sobrellevar. Evitar las burlas
y las risas.
- Encomendarse
en oración a la hora de predicar.
- No
debe golpear el púlpito o mesa, no debe maltratar la biblia o maltratarse a si
mismo. Evitar las posturas cómicas.
- Debe
ser respetuoso en su forma de hablar y en su forma de dirigirse.
La
homiletica que no se ve de la que se ve
Con la homiletica religiosa se trata de generar predicadores
con parámetros éticos y con moralidad mundana, es decir, predicadores con
actitudes o conductas que en muchos casos son superficiales o fingidas.
He visto muchos pastores que han cometido adulterio, ponerse
una corbata, fingir que nada pasó y exponer un mensaje desde un púlpito sin que
nadie sospeche de él.
He visto muchos ministros que ocultan sus pecados, que no
oran y no leen, fingir espiritualidad y fingir santidad en el púlpito.
Si consideramos la homiletica en su área práctica, nos quedamos
con aquellas actitudes o conductas que promueven la oración, la santidad y el
buen testimonio que debe tener el predicador.
1 Timoteo 3
7 También es necesario que tenga buen testimonio de los de afuera, para que no caiga en
descrédito y en lazo del diablo.
Entonces: Descartamos la homiletica
que intenta exaltar al hombre poniéndole títulos y nombramientos religiosos. Tales
hombres no sirven al Señor Jesús, sino a su mismo ego y a su vientre (Ro 16:18), que solo predican para satisfacción de
la carne y buscan aplausos como glorias humanas.
Tito 2
1 Pero tú habla lo que está de acuerdo con la sana
doctrina. 2 Que los ancianos sean sobrios, serios, prudentes, sanos en la fe, en el
amor, en la paciencia.
El predicador formado por el Señor se caracteriza por tener
estas tres virtudes a la vista de su testimonio: Fe, Amor, Paciencia; Frutos
puramente Espirituales que no solo se ve mientras predica sino en todas las
áreas de su vida.
Tener una Fe saludable, implica que la confianza en Dios, la
certeza de la Verdad y la Convicción se refleja en la seguridad con la que
brinda el mensaje; Por esta razón se solicita al predicador que hable con
conocimiento de causa y que se note que sabe de lo que está hablando; Aquí se
requiere que sea persuasivo (2 Co 5:11)
demostrando bíblicamente y con fehacientes argumentos la Verdad.
En el sentido personal, el predicador debe estar convencido
del Testimonio Escritural, debe estar convencido del obrar de Dios por medio de
su Espíritu, y por sobre todo debe estar convencido en sí mismo por el
Espíritu.
Un predicador que desconoce el valor histórico y científico
de las Escrituras no podrá jamás anteponerse a un hombre del mundo
escolarizado.
Un hombre que no está seguro en Dios no podrá hablar con
seguridad.
Un hombre sin convicción no puede convencer.
Tener amor es tener capacidad de obra; El mayor amor es el
sacrificio, en dar todo por el prójimo, darlo todo por la Iglesia. Esto no debe
ser una utopía, debe ser un hecho reflejado en el predicador. Muchos
predicadores cobran por brindar predicaciones en grandes asambleas, hoteles,
estadios, universidades, etc., muchos que piden hospedaje de primera, vuelos
pagados y hasta limusinas o vehículos particulares. Valoramos aquellos que
llegan con esfuerzo propio a lugares a donde otros no se animan predicar, aún
cuando sea una congregación de tres a cinco personas. Personalmente he
aprendido que las mejores predicaciones se dan en la discreción de grupos
minoritarios, muchas veces en casas de familia donde el Espíritu se manifiesta
de manera real y no como en los circos religiosos que promueven shows,
espectáculos y simulaciones de sanación.
Tener paciencia, es una virtud difícil en estos tiempos de
tanta apostasía, pero todo predicador debe predicar con ahínco y con
mansedumbre (2 Ti 2:25; 1 Pe 3:15) esperando
a tiempo el fruto de la predicación. Uno aprende que las predicaciones
profundas promueven cambios genuinos a largo plazo.
Autosustento
o dependencia congregacional
La enseñanza es un ministerio primordial y no solo requiere
de voluntarios de tiempo parcial o medio tiempo. Es importante destacar que
hasta la fecha, el Señor Jesús sigue llamando y escogiendo obreros que se
dediquen tiempo completo al ministerio de la enseñanza y a la formación de
discípulos.
Los predicadores del tipo voluntario son aquellos que se
autosustentan con sus trabajos seculares sin requerir nada de la congregación,
pero por otro lado los predicadores y maestros de tiempo completo requieren
para su sustento dependencia de la congregación para que este se dedique a la
labor Espiritual sin estorbos y sin perturbaciones. Aunque también puede tener
tiempos de trabajo circunstancial para cubrir necesidades y recursos hasta que
la congregación tenga la capacidad de hacerlo.
Los verdaderos predicadores de estos tiempos sufren
muchísimos porque no son valorados y muchos son suplantados por pésimos ministros
titulados por la religión que promueven predicas de autoestima y superación
personal.
Veamos el ejemplo de Pablo:
Hechos 20
33 Ni plata ni oro ni vestido de nadie he codiciado.
34 Antes vosotros sabéis que para lo que me ha sido necesario a mí y a los que están conmigo, estas
manos me han servido. 35 En todo
os he enseñado que, trabajando así, se debe ayudar a los necesitados, y
recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que
recibir.
Hechos
18
2 Y halló a un judío llamado Aquila, natural del
Ponto, recién venido de Italia con Priscila su mujer, por cuanto Claudio había
mandado que todos los judíos saliesen de Roma. Fue a ellos, 3 y como era del mismo oficio, se quedó con ellos,
y trabajaban juntos, pues el oficio de ellos era hacer tiendas.
2 Corintios 11
8 He despojado a otras
iglesias, recibiendo
salario para serviros a vosotros. 9 Y
cuando estaba entre vosotros y tuve necesidad, a ninguno fui carga, pues lo que
me faltaba, lo suplieron los hermanos que vinieron de Macedonia, y en todo me
guardé y me guardaré de seros gravoso.
Con el ejemplo de Pablo podemos ver que el predicador debe
trabajar cuando sea necesario o puede depender de la congregación recibiendo
salario.
Además es importante para la congregación que los maestros
generen recursos literarios que puedan ser de utilidad y bendición al resto de
los cristianos y recibir también la utilidad por la edición de dicho material,
siempre y cuando no busque enriquecerse (1 Ti 6:9).
Gálatas 6
6 El que es enseñado en la palabra, haga partícipe de
toda cosa buena al que lo instruye.
1
Corintios 9
11 Si
nosotros sembramos entre vosotros lo espiritual, ¿es gran cosa si segáremos de
vosotros lo material? 12 Si otros participan de este derecho sobre
vosotros, ¿cuánto más nosotros?
Pero
no hemos usado de este derecho, sino que lo soportamos todo, por no poner
ningún obstáculo al evangelio de Cristo.
LA HERMENÉUTICA BÍBLICA
Cómo ya hemos expresado la
hermenéutica es la virtud del predicador por interpretar y explicar textos
bíblicos.
En este aspecto la religión se
esfuerza en enseñar y sostener que esa virtud es propia del hombre y que debe
desarrollarla desde su potencial humano mediante la educación religiosa, por
esa razón las religiones tienen sus propios seminarios, sus universidades y su
calificación por grados académicos, y se adjudicaron el derecho de titularizar
curricularmente los ministerios, ciertamente todo eso es totalmente anti
bíblico.
Sin embargo la virtud de interpretar y
explicar los textos bíblicos no proviene de la religión sino de Dios, por medio
de su Espíritu Santo.
Efesios 1
17 para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé
espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él, 18 alumbrando los ojos de vuestro
entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y
cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos, 19 y
cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos,
según la operación del poder de su fuerza,
1 Corintios 3
7 Así que ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios, que da el
crecimiento.
Proverbios 2
6 Porque Jehová da la sabiduría, Y de su boca viene el conocimiento y la inteligencia.
Si bien las Escrituras fueron escritas
por hombres, no obstante la inspiración de la misma ha provenido de Dios por
medio de su Espíritu, que desde la antigüedad habló por sus profetas y
posteriormente por los apóstoles. (Heb 1:1-2; 2 Pe 3:2;
1 Pe 1:10)
Así que interpretar y explicar está
sujeto a la voluntad de Dios. Es una ciencia de lo alto (Stg 3:17) no proviene de los hombres ni mucho menos de la
religión.
¿Qué
objetivos tiene la hermenéutica?
1 Corintios 14
26 ¿Qué hay, pues, hermanos? Cuando os reunís, cada
uno de vosotros tiene salmo, tiene doctrina, tiene lengua, tiene revelación,
tiene interpretación. Hágase todo para edificación.
La interpretación solo tiene el
objetivo de edificar espiritualmente al cristiano. Edificar es construir en la
Roca firme, es organizar y establecer una vida en Cristo Jesús mediante sus
enseñanzas; Edificar es fortalecer la fe en Dios, la confianza, a través de la
fe de los hombres descritos en las Escrituras y sus dichos.
Todo predicador debe mediante la
interpretación ayudar al oyente a afirmarse cada vez más en Cristo Jesús.
¿Cómo
interpretar?
Interpretar correctamente la Biblia es
declarar el sentido de un texto basado en su contexto histórico, y en su contexto
literario, y en el sentido gramático.
En muchos casos se sigue la
interpretación literal del texto por palabras, sin ignorar la retórica
(composición), ni los personajes o figuras literaria. En otros casos la
interpretación requiere de métodos auxiliares que ayuden a hacer coincidir el lenguaje literario con el lenguaje
cotidiano, sobre todo cuando se intenta explicar una parábola, un proverbio,
una analogía, un determinado salmo o una profecía.
Una predicación debe expresarse mediante el lenguaje común
de los oyentes. De nada sirve usar un léxico complejo si las personas no
entienden el significado de esas palabras. Otro elemento importante es
considerar la posición cultural y social de los oyentes.
Tener un buen nivel de interpretación requiere:
- Conocimiento
histórico de las Escrituras
- Conocimiento
geográfico bíblico
- Léxico
o diccionario de los idiomas bíblicos
- Conocimiento
de gramática del idioma con el que se va a predicar
- Conocimiento
de gramática de los idiomas bíblicos
- Estar
familiarizado con los estilos, los géneros literarios y la sintaxis de cada
texto.
Por eso es recomendable, que los predicadores utilices
recursos literarios adicionales o paralelos, tales como concordancias,
diccionarios de idiomas bíblicos, libros de historia universal, historia
bíblica, geografía bíblica, comentarios exegéticos, etc.
Cualidades
de un predicador
2 Corintios 3
4 Y tal confianza tenemos mediante Cristo para con
Dios; 5 no que seamos competentes por nosotros mismos para pensar
algo como de nosotros mismos, sino que nuestra competencia proviene de Dios,
6 el cual asimismo nos hizo ministros competentes de un
nuevo pacto, no de la letra, sino del espíritu; porque la letra mata, mas el
espíritu vivifica.
2 Timoteo 2
24 Porque el siervo del Señor no debe ser contencioso,
sino amable para con todos, apto para enseñar, sufrido;
Aptitud en la enseñanza y competencia
ministerial son las cualidades que deben sobresalir en el predicador. Para
ambas se requiere que el predicador sea de una mente sana y bien equilibrada,
esto es indispensable porque ante la falta de comprensión o por tener un
raciocinio incompleto o defectuoso la imaginación perturba el sentido para
conducirse a ideas necias y vanas.
Un requisito especial es que el
predicador forje una mente ágil y rápida a la percepción de lo que está
leyendo, esto implica usar el poder de asir el pensamiento del escritor y el
discernimiento del Espíritu para que con entendimiento pueda verterlo con
palabras a los oyentes.
Uno aprende estas cosas mirando el
comportamiento de los apóstoles al escribir sus cartas. Por ejemplo percibir la
competencia de Pablo al afirmar y explicar cosas que utiliza de los profetas y
los escritores del AT para vincularlo directamente al Señor Jesús. Pablo ha
forjado una doctrina muy exquisita al escudriñar con precisión todo el AT y ha
forjado un excelente camino de interpretación de las Escrituras.
Es interesante destacar como Pablo
defiende su ministerio, como usa su vida como ejemplo con una certeza y una
seguridad que solo un hombre dotado del Espíritu puede hacerlo.
También, puede verse a Pablo usar
diferentes formas del lenguaje koiné, hablar exquisitamente a la Iglesia en
Roma y hablar de manera sencilla y práctica a los corintios, o explicar nuevos
conceptos a los que estaban en Efeso. Pablo utiliza una variedad de argumentos
e ilustraciones, sabe hacer exhortaciones y verter concejos prácticos.
Pablo demuestra un intelecto vigoroso
y audaz, es capaz de humillarse y ponerse a la altura de los demás apóstoles.
De la misma manera, las cualidades de
Pedro y Juan están a la vista en sus epístolas, o la capacidad narrativa de
Mateo, Marcos y Lucas que con la precisión de sus palabras han descrito a la
perfección los hechos del Espíritu por medio de Jesús y sus seguidores.
Con esto queremos demostrar cuan
importante y cuan conveniente es que el predicador sea cuidadoso en como
argumenta, en como usa las palabras, en como se afirma en las Escrituras y como
defiende los principios bíblicos.
El predicador debe ser persuasivo,
persistente, constante. No debe colocarse sobre falsas premisas, debe abstenerse
de dilemas que acarrean confusión. Sobre todo, debe evitar precipitarse al
querer establecer conclusiones sin apoyo bíblico.
El empleo correcto de la razón y el
juicio en la exposición bíblica son indispensable y debe ser visible al público
mediante un proceder cauteloso pero contundente, con una argumentación firme y
concluyente, y por sobre todo debe destacar en sobriedad, en integridad, en honestidad.
Todo esto requiere una conciencia limpia, una conciencia piadosa y un corazón
puro.
Posteriormente hablaremos de reglas
básicas de interpretación, de Exegesis y de Eisegesis.
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La
Paz del Señor Jesús